sábado, 12 de octubre de 2013

España como producto


(Artículo publicado originalmente en el blog The Global Eye el 24 de septiembre de 2013)


Hace poco más de un año que se creó el Alto Comisionado para la Marca España y desde entonces nos están bombardeando con la susodicha etiqueta. Este verano, durante una temporada en diferentes medios de comunicación, y particularmente en Radio Nacional, me llamó la atención que día sí y día también hacían programas y entrevistas en los que continuamente se mencionaba  la "Marca España".

Es comprensible que se quieran crear plataformas para dar a conocer en el exterior lo que se crea en nuestro país, pero ésta campaña de marketing intentando comercializar un Estado como si fuera un producto me parece un error. Estados Unidos ya experimentó el desatino en tiempos de Bush hijo, cuando ante el grave problema de imagen de su país, en 2001 recurrió a la reconocida publicista Charlotte Beers para llevar a cabo las tareas de la Subsecretaría de Diplomacia Pública. Bush le encomendó la misión de crear la "marca USA", con lo que se dió un giro al manejo de imagen, generando ataques y creando lo que algunos críticos llamaron la "McDiplomacia". La identidad de marca, "branding" en inglés, si no se lleva a cabo sin el cuidado necesario puede crear dudas, estímulos negativos en el receptor en el sentido de considerarse publicidad falsa, causando resultados contrarios a los deseados. Y es esto lo que sucedió cuando la Casa Blanca buscó convertir su imagen en un producto de consumo popular.

La activista Naomi Klein, famosa por su libro "No Logo" en su momento señaló que: "Estados Unidos no se compone de granos de arroz o de hamburguesas en serie...su más fuerte atributo de marca es que cobija la diversidad, un valor que ahora, irónicamente, Beers va por el mundo tratando de estampar con gran uniformidad, como molde de galletas".
 A raíz de esta mala experiencia, hubo cambios en esa Subsecreraría y se regresó a programas de Diplomacia Pública más tradicionales".
Y en España aplicando entonces el mismo patrón, me pregunto, ¿qué somos? ¿acaso chorizos? Está claro que sólo unos pocos, los menos. La mayoría de los españoles somos ciudadanos honrados trabajadores que intentamos mantener nuestro puesto de trabajo o buscar uno y como mucho aspiramos a obtener en estos momentos de necesidad, las ayudas públicas plenas que nos corresponderían si otros no se hubiesen llenado el bolsillo a manos llenas.

Estados Unidos con el gobierno de Bush en aquel momento, hace poco más de una década estaba imnerso en dos guerras: Afganistán y posteriormente Irak con el enorme gasto que generó en el erario público y el desprestigio a nivel internacional. España que actualmente sufre una situación de deterioro interno e internacional como consecuencia de la crisis económica e institucional, el paro, los nacionalismos y la corrupción estatal y autonómica ha montado la parafernalia de Marca España. Pero el prestigio obviamente no se recupera como hizo Estados Unidos interviniendo en otra guerra, Irak 2003 tras Afganistán, sin necesidad alguna y ni tampoco como en el caso de España no dimitiendo los gobernantes o políticos cuando hay que dimitir, aferrándose al poder como un clavo ardiendo, ni echando las culpas al otro y ni mucho menos llamando "Catalanes de mierda" como hizo un alto cargo precisamente de la "Marca España" y diplomático para más inri. Menos mal que al menos éste sí dimitió. Hay que mantener la "imagen corporativa".

El prestigio se gana uniendo, generando empleo, invirtiendo en I+D y trayendo de vuelta a los científicos para que investiguen sin trabas en nuestro país, manteniendo la cultura y mejorando los niveles educativos, enjuiciando corruptos, recortanto cargos políticos inútiles, dimitiendo éstos cuando engañan al electorado y cuando se corrompen, preservar el Estado de bienestar que tanto nos ha costado tener y que alaba Antonio Muñoz Molina en su último libro "Todo lo que era sólido" que recomiendo fervorosamente, así como respetando la diversidad y creando cohesión entre quienes nos sentimos verdaderamente españoles sin necesidad de artificios. De este modo, sí daremos al exterior una auténtica "imagen de marca".

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