(Artículo publicado originalmente en el blog The Global Eye el 31 de julio de 2013)

Fue Jim O'Neill, economista global en Goldman Sachs, que en 2003 escribió en 2001 "The World Needs Better Economic BRICs", y utilizó un juego de palabras con el acrónimo formado por las mayúsculas de Brasil, Rusia, India y China, y el vocablo inglés "brick", que significa ladrillo.
Si analizamos los aspectos culturales de la población, la Unión Europea que a pesar de las diferencias entre países, constituye un bloque cultural más homogéneo, en éste sentido, los BRICS presentan unas características muy heterogéneas entre sí.
Tomando en cuenta la clasificación de Samuel Huntington en Choque de Civilizaciones, percibimos que cada uno de estos países pertenece a una civilización distinta: Brasil que aunque forma parte de la civilización occidental, encaja en el subgrupo que Huntignton considera como "mundo latino". Rusia por otro lado pertenece al "mundo ortodoxo" y según este autor, también es "un país esquizofrénico" por encontrarse entre Asia y Europa y con dificultades para asimilarse a una civilización. Tanto Brasil como Rusia comparten el cristianismo como religión mayoritaria, también Sudáfrica. Sin embargo en Brasil es predominante la fe católica mientras que en Rusia, la ortodoxa. Sudáfrica cuenta con población evangélica y también musulmana. En India además del hinduismo, existe un importante número de creyentes musulmanes. Por su parte, en China, que pertenece a la civilización sínica, conviven múltiples religiones.

Hay sin embargo una serie de carácteristicas esenciales que los BRICS comparten: todos tienen una gran extensión territorial casi 38.5 millones km², el 22% la superficie territorial del planeta; una gran población (China e India por encima de los mil cien millones, Brasil y Rusia por encima de los ciento cuarenta millones) y un alto porcentaje de crecimiento del PIB: la economía brasileña fue la que menos creció en 2012, un 0,9% de acuerdo con cifras divulgadas por el gobierno brasileño, que contrasta con el 7,8% de China, el 5% de India, el 3,4% de Rusia y el 2,5% de Sudáfrica.
En comparación, fue menor a la expansión de la economía de Estados Unidos, que aumentó el 2,2% y el conjunto global de la zona euro cayó -0,5% en 2012.
Volviendo al aspecto territorial, su enorme extensión proporciona un considerable volumen de recursos naturales de los que depende el resto de economías del mundo para su abastecimiento. Esto sucede así particularmente en el caso de Rusia: Europa necesita su gas y petróleo. Asimismo, debe resaltarse la espectacular gestión de Brasil llevada a cabo por Lula da Silva y continuada por su sucesora, Dilma Rousseff, con su programa agrícola, fuertes inversiones en ciencia y tecnología lo que ha hecho que Brasil, como indica la revista Política Exterior, 2010, apenas haya sentido los efectos de la crisis económica mundial de 2008, que dieciséis millones de personas hayan abandonado la pobreza en los últimos años y que sea no sólo una potencia regional de primer orden, sino todo un referente a nivel mundial.

En los últimos años, China, ha adoptado un gran número de medidas para no ser un país proteccionista, sin embargo India lo sigue siendo aunque también un gran exportador de productos agrícolas, farmacéuticos y de tecnologías software entre otros.
Por último, es necesario resaltar que a pesar del imparable crecimiento económico de los Brics no sucede lo mismo respecto a los niveles de desarrollo humano, todavía con una influencia negativa notable del salario en la calidad de vida y bajos niveles de alfabetización. Estos países, tienen aún el reto de reducir la desigualdad y la pobreza, en India por ejemplo, según The World Factbook, 2007, un 25% de la población vive aún por debajo del umbral de la pobreza. Por otra parte en China, la censura en Internet, la supresión de la religión y otros abusos de derechos humanos están a la orden del día y lo mismo ocurre en Rusia, dónde la implicación del gobierno en el caso Litvinenko no resulta lo suficientemente clara.
De este modo, a escala planetaria nos encontramos con Estados Unidos que está saliendo de la crisis de 2008, una Europa que se debilita en lo económico pero de larga tradición en el respeto a los derechos humanos y en dónde se garantizan las libertades fundamentales y un grupo de países emergentes que se están convirtiendo en potencias económicas pero que todavía deben alcanzar los índices de respeto de los derechos humanos y democracia de los países considerados desarrollados.
Falta por ver aún si los resultados reales se atienen a las perspectivas de crecimiento de los analistas, si la crisis de deuda soberana de la Zona Euro les influirá negativamente a largo plazo, si la "anciana Europa" les dará lecciones sobre como garantizar esas libertades fundamentales y a la inversa si esos "jóvenes Brics" ayudarán con su ejemplo a la Unión Europea para que cambie sus políticas de austeridad, que a la larga pueden acabar matándola.
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